Después de comer los huevos revueltos y las tortillas de maíz que Don Ángel había preparado, hubo un silencio eterno entre Rony y el anciano indio, solo se escuchaba la brisa del viento y algunos pájaros cercanos que picoteaban algunas semillas en el maizal. Rony lo miraba de reojo a Don Ángel como ocultando una culpa o una vergüenza que no alcanzaba a comprender. Mientras tanto el viejo entonaba un canto extraño mientras armaba un cigarro con tabaco cosechado por él. El humo del fogón parecía tomar formas que envolvían y jugaban con el confundido aprendiz, el aroma que emanaba del fuego, hacía que Rony entrara en un estado de pesadez y ensueño, hasta el punto que tuvo que acostarse en el suelo dejandose llevar por un cansancio profundo y al que no se pudo resistir.
La oscuridad era total y el frío penetraba por su piel, músculos y huesos haciendole sentir un profundo dolor, al mismo tiempo el sudor le corría por su frente haciendolo temblar. De repente apareció frente a él un caballo negro con aspecto amenazador, tenía los ojos rojos y dientes de león. Rony quizo levantarse para correr, pero su cuerpo medio paralizado no se lo permitió, sólo podía arrastrarse unos pocos metros del lugar, y cuando parecía que se alejaba del animal, sintió un frío aterrador en su nuca y un fétido aliento lo envolvió haciendole sentir náuseas y ganas de vomitar. Sentía que algo monstruoso estaba a punto de atacar, entonces al darse vuelta con cautela para mirar, se encontró con un negro chacal mostrandole los dientes con ferocidad y tan cerca que las babas del animal caían por la cara del aprendiz, en ése momento Rony vomitó con un tremendo dolor en su vientre, y de repente una mano blanca y cálida lo agarró despertandolo del terrible sueño.
Era el viejo chamán quien lo abrazaba con cuidado limpiandole el sudor, le dió de beber un brebaje amargo que lo hizo reaccionar, Rony lloraba y se retorcía del dolor, era la abstinencia que lo acosaba y el recuerdo de su sueño con tan inmenso terror.
-Qué me sucedió Don Ángel ?.
-El "caminito" te hizo encontrar a tus enemigos y luego yo solo te traje de vuelta.
-El "caminito", qué caminito?.
-Ayahuasca con otras plantas de poder que quemé en la fogata y que se prestaron para guiarte y mostrarte quien robó tu poder, a éso le llamo el caminito.
-Quién o qué me robó mi poder Don Ángel?
-Las drogas con espíritus oscuros e inmundos y que tú les diste permiso para robar tu energía y apoderarse de tu vida. Ellos te llevaron a su mundo a cambió de hacerte sentir "bien" pero por sólo unos momentos para después atarte a sus cadenas de dependencia y finalmente matarte.
-Pero los animales parecían tan reales!, todavía puedo sentir su aliento.
- Son reales porque aún están en tu cuerpo y te volverán a atacar porque exigen la "comida" que les estuvistes dando y que ahora no les das.
-Cuando tengo abstinencia es muy difícil no pensar en volver a consumirlas ésto es un infierno Don Ángel!.
-Un infierno que tú mismo creastes y del que tú mismo debes salir.
-Don Ángel siento que le he fallado, usted me ayudó a salir una vez de la oscuridad y yo lo heché a perder y ahora le estoy pidiendo que me ayude otra vez, siento vergüenza, disculpeme.
-Dejate de pendejadas! crees que te ayudaría si no tuvieras corazón? un buen guerrero tiene corazón si no de otra forma no podría hacer el camino, no podría ni si quiera pedir ayuda honesta. Ahora hay mucho trabajo que hacer, y lo primero que vas a hacer es quedarte a vivir conmigo un tiempo ya que debes encontrar tu aliado interior para recuperar tu poder y para éso se necesita disciplina, constancia y buena intención.
-Tengo algunos pequeños ahorros, entonces iré a la ciudad a buscar algunas cosas que necesito y también comprar algunos víveres para el tiempo que esté aquí Don Ángel.
El viejo indio se quedó en silencio mirandolo de reojo, sonrió y le dijo: como tú quieras pequeño alcornoque.
Rony sonrió aceptando el nuevo mote que Don Ángel le había puesto, después de todo sentía que se lo merecía. Luego se dispuso a marcharse a la ciudad a recoger sus pertenencias ya que parecía que su estancia con el anciano iba a ser larga y de paso comprar alimentos y algunos regalos para el viejo indio.
Una vez en la ciudad, Rony preparó una gran maleta y una mochila gigante con sus pertenencias y algunos presentes para el viejo chamán, luego se dirigió a la parada del autobús. De repente y mientras esperaba surgió como de la nada un coche lujoso de color negro que se estacionó justo al lado de Rony, la ventanilla opaca eléctrica se bajó y dejó ver a un siniestro personaje con anteojos oscuros y dientes de oro, y que sonriendo exclamó: tengo una mierda de buena calidad, especialmente para un buen cliente como lo has sido tú, estirando el brazo con un paquetito de color blanco y ofreciendoselo al aprendiz. A Rony se le cruzó inmediatamente la imagen del caballo negro y el chacal que tanto terror le habían causado en su experiencia con "el caminito" como decía Don Ángel, entonces justo a tiempo apareció el autobús y Rony se incorporó y salió corriendo dejando atrás al personaje oscuro que riendo le replicó: ya nos encontraremos otra vez!. Al aprendiz se le erizó los pelos de sus brazos como sabiendo que ésas sombras lo perseguirán donde vaya. Una vez en el vehículo se sentó en los asientos de atrás y no quizo darse vuelta para ver el coche negro que presentía estar detrás, cerró sus ojos y se calmó. Los ojos azules de Don Ángel eran en los pensamientos de Rony, como el faro que lo guiaba en una tormenta en el mar.
Continuará...