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miércoles, 9 de enero de 2013

Es así...quizás!




                         

Cuando uso algún tiempo para navegar por diferentes sitios en Internet y leo y escucho diferentes ideas, pensamientos, opiniones, en fin conceptos sobre de lo que "es, no es o pueda ser", y lo observo desde el vacío conceptual, no puedo dejar de sorprenderme de la cantidad de personas que aseguran saber cómo es ésto o lo otro alimentando sus comentarios con una especie de "seguridad" de que es así tal cual lo dicen (y me incluyo porque yo fuí uno de ellos). Si son vídeos en youtoube se puede ver a determinadas personas hablando sobre un tema (mayormente "espiritual") usando gestos y tonos de voz como para convencer o convencerse de que lo que dicen es así.
Hacen cátedra sobre diferentes dimensiones, cambios planetarios, energías sutiles, aspectos de la personalidad humana "etiquetando" al gurú de turno de psicópata, de esquizofrénico, o falso guía espiritual, etc. Al decir verdad yo fuí también ( y sigo siendo pero en menor medida) de los que se llenan la cabeza de conceptos no probados y repitiendo especulaciones de lo que otros dicen o dijeron y que por tener una reputación específica se le da el crédito como verdaderas, pero que en realidad son conceptos no vividos personalmente, si no experimentados por otros. Cuando personalmente comencé a darme cuenta de todo ésto en mi propia realidad llegué a la conclusión de que si sacaba todo los conceptos de mi "equipaje" al final no me quedaba NADA. Entonces mi realidad tambaleó y me pregunté: y ahora qué?, cómo pensar o hablar desde ahora si dejaba de crear conceptos?. Fue una gran prueba y que me debía replantear cómo continuar con mis seminarios, conferencias y talleres. Sólo tenía una forma (quizás) de saber cómo continuar y éso era desde el vacío y la observación de mis propios pensamientos y que cuando ellos salieran por mi boca no lo hiciesen con una soberbia certeza o un orgullo maquilado, si no como una "posibilidad" de que así fuera y dejando al receptor en manos de su discernimiento para decidir si una determinada teoría o camino para quizás también hacerlo suyo. En definitiva cada uno crea su propio camino y de su propia forma, aunque el destino pueda ser común para todos.
A mí personalmente me ayudó también a darme cuenta una pregunta que me hicieron en una ocasión : "cómo sabes que lo que dices es así?". Podría haber buscado cientos de respuestas supuestamente válidas, pero me quedé algunos segundos en silencio y desafiando a mi ego, sólo surgió una respuesta y fue "no lo sé pero creo que es así". Después que lo dije me dí cuenta de que el receptor no quedaba conforme con mi respuesta, parecía como que todo lo anteriormente dicho perdía fuerza o credibilidad, pero también me dí cuenta de que éso era una percepción de mi ego que me susurraba "tienes que dar otra respuesta porque la otra no es convincente!!". Fue entonces cuando tuve la oportunidad de acallar al ego y desde entonces la palabra quizás fue mi compañera de camino inseparable. En los seminarios suelen preguntarme por ejemplo cómo será nuestra realidad en la cuarta o quinta dimensión, yo les contesto que no lo sé, cómo poder saberlo? pero sí puedo darles mi "sensación" de lo que puede ser, pero al final es cada uno quien debe buscar interiormente su verdad.
"Hubo una vez en un reino muy lejano un rey que se estaba poniendo viejo y un día decidió que quería saber cuál era la esencia de la vida, ordenó a los sabios de la corte que buscaran alguna respuesta. Inmediatamente los sabios comenzaron a buscar e investigar. Después de algunos años volvieron al rey con un libro donde explicaban su teoría, pero el rey al ver el volúmen del libro lo rechazó y les ordenó buscar una explicación más breve. Los sabios nuevamente se pusieron a trabajar intentando satisfacer al rey en tan difícil tarea. Pasados varios años más los sabios ya muy viejos y cansados presentaron con entusiasmo el resultado del arduo trabajo. Entonces el rey anciano y cansado al ver un rollo de papeles con la posible respuesta, miró a los sabios y les dijo: me queda poco tiempo de vida y estoy viejo, cansado y mi vista es borrosa, traedme sólo una palabra!. Entonces los pocos sabios que quedaban vivos se volcaron con sus últimos esfuerzos a buscar lo que el rey les pedía. Ya cuando el rey acostado en su cama y a punto de morir recibió a los sabios que traían un papel con una palabra escrita y que describía las incógnitas de la vida, entonces el rey con gran esfuerzo en sus ojos llegó a leer la palabra "QUIZÁS!", esbozó una sonrisa de satisfacción y luego murió".