EL PODER DE LA PALABRA
La palabra tiene un enorme poder.
Conforme hablas, estas co-creando. Cualquier cosa que le digas a otro ser,
puede producir en él movimientos energéticos que pueden afectarle para bien o
para mal. Procura incorporar el respeto en tu día a día y no hablar nunca mal
de nadie y no juzgar. Para ayudarte a cumplir con la impecabilidad con la
palabra, te comparto este cuento:
Un joven discípulo dijo a un sabio
maestro:
-Un amigo tuyo estuvo hablando mal de
ti.
-Espera – interrumpió el maestro--¿Has
hecho pasar por las tres puertas lo que vas a contarme?
-¿Tres puertas maestro?
- Sí, la primera es “la verdad”. ¿Estas
seguro que es totalmente cierto lo que me vas a decir?
- No, lo oí comentar a unos vecinos.
- Al menos lo habrás hecho pasar por la
segunda puerta, “la bondad”. Lo que quieres decirme, ¿Es bueno para alguien?
- No, al contrario.
-Y la última puerta es “la necesidad”
¿Es necesario que yo sepa lo que quieres contarme?
- No, no es necesario.
-Entonces, dijo el sabio sonriendo:
Si no es verdadero, ni bueno, ni
necesario, lo mejor será olvidarlo para siempre.
Muchas veces usamos el poder de la palabra para condenar a otros creyendo tener la verdad y volcando nuestra ira y frustraciones en otros porque no somos capaces de asumir nuestra responsabilidad de los hechos. Haciendo ésto no sólo destruímos la vida de nuestros semejantes si no que nos autodestruímos sin saberlo ya que somos una Unidad.
Sé impecable con tus palabras, porque de ellas surgirá tu realidad. Antes de emitir una palabra, observa tus pensamientos y de dónde éstos provienen. Entonces quizás prefieras quedarte en silencio.