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jueves, 14 de mayo de 2015

La transformación.



Tengo un libro sin publicar y sin ordenar pero el libro existe de verdad, solo está esperando ser gestado en lo material y por medio de los procedimientos de rutina o sea que alguien lo corrija, lo ordene y lo publique. Su título es "De oruga a mariposa" y refleja mi vida aunque en concreto una etapa en la que morí y volví a nacer o sea que me transformé y extendí mis alas. En ésta pequeña publicación quiero solo reflejar un poco lo que el libro dice.
Todos nos enfrentamos cara a cara alguna vez en la vida a situaciones extremas, ya sean internas o externas y que en realidad son lo mismo. A mi me tocó experimentar una situación que para mi fue un escalón muy alto y que creí en su momento que no podría superar. Explicarlo con palabras sería minimizar lo que realmente fue, son ésas situaciones en que la realidad supera la ficción. Conocí otra dimensión del dolor, pero no el físico si no el psíquico y no podía elegir no estar allí, no tenía otra salida, más que la que se presentaba ante mí, aunque intenté terminar con mi dolor de la forma más drástica y la que me seducía como forma rápida de escapar y terminar con mi vida, lo intenté de verdad pero alguien que se presentó como un enviado para evitarlo me salvó de partir, alguien que solo hacia su trabajo y que por rutina decidió observarme justo en el momento que yo no era yo.
Antes de que ésto ocurriera en mi vida, yo pensaba que lo podía todo y que volaba alto, pero desde lo alto siempre y como ley, te ponen la barra para saltar un poco más alto y justo cuando creemos que estamos en la cumbre del saber, le llaman orgullo espiritual. No solamente me sacudió toda mi realidad si no que también me hizo caer a la total oscuridad, simplemente me convertí solo en cenizas. Tan efectivo fue el orden universal que quedé en un estado de total vacío y en donde no existe pasado ni futuro si no solo el sobrevivir día a día. llegué a un momento que tenía que decidir qué camino tomar, el más largo o el atajo y así es como quedé atrapado en una encrucijada y sin ninguna posibilidad de escapar o buscar caminos alternativos, solo se me presentaban dos y yo debía elegir entre ellos. Uno que era el más largo consistía en luchar y resistirme a la situación y la cual demandaría mucha energía y sufrimiento ya que la premisa era de no aceptar lo que me sucedía porque lo consideraba injusto ya que yo no había cometido ningún delito. Pero aunque luchara o me resistiera, las cartas estaban ya echadas desde lo alto y no había vuelta atrás, yo debía estar donde estaba. El camino largo me decía que debería seguir odiando y seguir siendo rencoroso a los demás, y no por un tiempo solamente si no el resto de mi vida. Podría una oruga resistirse a su transmutación, o la fuerza de la naturaleza no se lo permitiría?, está claro lo que pasaría, la oruga debería seguir su evolución natural.
Pero elegir el atajo tampoco estaba exento de esfuerzos, significaba una total aceptación y sobre todo el poder de amar sin condiciones y nada más ni nada menos que a esas personas que se habían presentado como mis enemigos y perseguidores, no había opción de tomar un camino intermedio. La oruga al estar en su estado de letargo en su crisálida podría pensar que es su final, su muerte y por ello no le queda otra opción que el entregarse a lo natural, pero nunca podría saber que se convertiría en mariposa, quizás en su genética está escrito el cambio pero no lo puede ver en su condición de oruga.
Fue el desafío mas grande que tuve en mi vida y que me llevó cerca de un año el proceso de tomar la decisión de elegir un camino o el otro, toda la realidad externa me mostraba que no debía perdonarles y que debía luchar en contra de la corriente, pero también sabía que ésa actitud sería una prisión de por vida llena de odio y rencor, profundamente mi ser sabía el camino a elegir pero mi ego todavía con signos de vida me decía lo contrario.
Fue entonces cuando una noche, recogido en mi habitación y recostado en posición fetal como la oruga en su crisálida, lloré y lloré hasta sentir dolor en mis ojos y en mi alma, hice cruzar imaginariamente a todos y cada uno de las personas que me habían perseguido y deseosas de enterrarme para siempre y mirándoles a los ojos les decía "te amo". Cada vez que lo hacía mis entrañas se revolvían causándome aún mas daño, entonces lo volvía a repetir pero desde mi corazón y con la mirada desde lo alto, desde mi ser divino, entonces surgía el milagro y la energía de ésa persona se fundía con la mía y eramos uno, ya no había diferencias, entonces yo por fin sentía paz. Así lo hice con todos ellos hasta quedar en paz total, ahí me dí cuenta por primera vez en mi vida lo que significaba la palabra Amor, pero ése tipo de Amor que no necesita recompensas ni condiciones, ése Amor que que no necesita explicaciones, quizás ése amor que los seres humanos todavía no conocemos demasiado.
Había roto el caparazón de la crisálida y lentamente fui transformándome y abriendo mis alas de mariposa. Al día siguiente cuando desperté no me reconocí yo simplemente era otro, todo alrededor brillaba y los colores eran mas intensos, miraba a la gente y simplemente los amaba sin importar quienes eran y cuando pensaba en las personas que antes eran mis enemigas, ahora solo eran yo mismo y yo me amaba.
Lo mismo que si le dirían a la oruga que se convertiría en una mariposa y ésta no lo creería, lo mismo pienso hoy que si me hubiesen dicho antes que yo amaría a mis enemigos incondicionalmente, tampoco lo hubiese creído. Estoy convencido que el ser humano está condenado a amar y a sentirse uno con todo y con todos, porque el amor es hacía donde vamos todos inexorablemente, es la Fuente de donde venimos y a donde volveremos. No importa el tiempo que nos lleve ya que para nuestra parte divina, el tiempo no existe, nuestro espíritu es atemporal, porque la mariposa siempre existió y de la misma especie o sea que aunque muera aleteando sus alas, siempre veremos otra y otra vez a la misma especie de mariposa arco-iris aleteando nuevamente y éso porque la vida continúa siempre y en diferentes formas, hasta que algún día en que nuestro amor sea tan grande y puro que nos fundiremos otra vez en la Fuente de donde venimos.
El sufrimiento que la oruga pasa cuando está en el proceso de transformación es la ayuda que desde lo alto nos dan para aprender a soltar y confiar en nuestra naturaleza y a no resistirnos a extender nuestras alas, entonces el sufrimiento toma otro sentido, ya es un aliado y al aceptarlo como tal éste ya no es pesado ni cruel si no el camino a ser lo que realmente somos, Amor y nada más.


3 comentarios:

  1. Gracias hermano,
    Como el Maestro dijo:
    "Que los hombres se amen como yo les he amado"
    un abrazo

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  2. Asi es hermano, un abrazo y gracias por tu comentario.

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  3. Luego de varios intentos, a ver si este sale. No desistas de tu idea de publicar, es un modo de parir y entonces descubrirás lo que se siente. Duele y trae muchas satisfacciones. Es el modo de ayudar a muchos con lo que escribís. No es fácil, pero se puede. Esto y Don Ángel me siguen conmoviendo, no quiero ni pensar lo que puede llegar a ser leer todo junto. Es para estallar cualquier cabeza. Un abrazo y los proyectos son el condimento eterno de la vida.

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