Los llamados internos hay que escucharlos y para escucharlos hay que dar lugar al silencio. Antes del viaje hubo una preparación con el grupo, un trabajo de interiorización y limpieza de residuos estancados en nuestras memorias, tanto nuestros como de nuestros antepasados y que al limpiarlos damos lugar a que las vibraciones de dimensiones elevadas puedan entrar en nuestros cuerpos energéticos y hacer vibrar nuestro espíritu a la frecuencia correspondiente y de armonía con que lo hace la Madre Tierra.
Fuimos a encontrar puertas y las encontramos, también conectamos con las entidades del lugar, nos visitaron, nos irradiaron con un tremendo amor y nos transmitieron de forma sutil la información necesaria. La Patagonia significó un antes y un después para todos nosotros, las ceremonias y vivencias durante los 9 días que estuvimos en la zona nos abrieron puertas que antes estuvieron cerradas y cambiaron nuestra percepción de quienes creíamos ser.
Después del sur argentino, nos trasladamos hacia el centro del país, especificamente a la provincia de Córdoba y donde en una localidad serrana nos esperaban a su vez las entidades del lugar para continuar el trabajo de reestructuración energética que comenzamos en la Patagonia.
Hubo mas presencias en otros lugares, pero no es la intención de éste artículo el hacer un show o alarde de nuestras experiencias, si no compartirlas a aquellos que también sienten el llamado interior de "volver a casa" o hacia nuestras raíces cósmicas.
El contacto con el cristal de 5ta. Dimensión fue un regalo y ayuda, y al miso tiempo un reconocimiento a nuestro trabajo interior y por el cual desde ése momento nos hicimos responsables de lo que éso significa.