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viernes, 5 de abril de 2013

José habla con Dios



Parte I

José fue condenado a 8 años de prisión en Puerto Rico por un delito que nunca tuvo lugar. Él y su familia fueron escrachados públicamente por el morbo de los medios de comunicación y su afán de publicar noticias a la que ellos manipulaban para adquirir mayor venta. José se dedicaba a ayudar a gente, a mucha gente, hasta que un día las sombras de algunas personas que no pudieron o no supieron tomar responsabilidad por sus propios actos, decidieron hacer una caza de brujas, como en la edad media, y quemaron su imagen, su familia y su vida. José era creyente, de pequeño había crecido con la companía de Dios, pero no era creyente por herencia o influencia si no porque realmente lo sentía. Pero cuando ésto le sucedió, se puso en prueba su Fé y su fortaleza espiritual. Todo el conocimiento que tenía quedaba sin sentido para ayudarle y darle fuerzas para tan extrema situación.
Una vez en prisión y pasado un año y medio de la condena y ya desesperado y desilucionado con la llamada justicia de la que no llegaba su liberación, ni llegaría, llegó a un momento que no podía continuar, era tanto el dolor y la incertidumbre de no saber ni siquiera si su familia estaría esperándolo cuando saliese, que un día decidió acabar con su vida, lo intentó en su celda, pero en el momento justo y como si fuese un ángel enviado, llegó un guardia para ver cómo estaba, hechando así por tierra su desición.
Fue entonces cuando una especie de "click" sucedió dentro de él, algo que le hizo llegar a lo más profundo de su ser y que dentro del infierno en el que estaba, pareció ver un poco de luz. Por ello al siguiente día decidió buscar a Dios otra vez, pero ésta vez lo haría por escrito y con la esperanza de que el mismísimo Dios y por arte de magia tomara el lápiz con su mano invisible y se pusiera a contestarle. José sabía de que éso no pasaría, pero lo que no sabía es la forma que Dios le iba a sorprender. José tomó el lápiz y unas hojas y escribió:

Hola Dios, estás dispuesto a hablar conmigo?
Siempre estoy dispuesto, especialmente cuando tú estás dispuesto a escucharme.
Y cómo sé que eres tú y no soy yo contestandome a mi mismo?
Hay alguna diferencia?
Pues claro yo no soy Dios.
Y tú quien crees que es Dios?
Pues por seguro alguien que no está en prisión y a punto de suicidarse.
Yo existo en la misma experiencia, cualquiera sea la que elijas.
No lo entiendo.
Yo existo en cualquer situación que vosotros elijais.
Pero no creo que Dios acepte el suicidio.
Teneis libertad para experimentar lo que querais, yo simplemente os acompaño en la experiencia.
Pero nunca intervienes para impedirlo?
Recuerdas el guardia que llegó justo a tiempo?
Tú lo enviastes?
Sí pero con tu permiso.
Yo no recuerdo haberte dado permiso.
Unos segundos antes de intentarlo dijstes: Oh Dios mío no aguanto más! y por éso acudí en tu ayuda.
Y si no hibiese dicho éso ahora yo estaría muerto?
Probablemente.
Y en el infierno.
El infierno no existe. Bueno mejor dicho sí existe pero en tu mente.
No no en mi mente, porque ahora mismo estoy en él.
Ahora mismo estás de retiro espiritual.
Si claro, en una prisión!
Qué mejor lugar que éste? No tienes responsabilidades, te dan la comida, una cama donde dormir, trabajo y sobre todo tiempo para pensar.
Estás bromeando?
Me tomo muy en serio mi trabajo.
Hay, hay...ésto es demasiado me voy a dormir, creo que me estoy volviendo loco hablando conmigo mismo!

Continuará...